La Calle Madre de Dios va desde Real de Burgos, justo antes de la Iglesia de San Pedro Apóstol, hasta el cruce donde comienzan el Camino del Cementerio y la Avenida del Valle Esgueva.

En  este cruce, como vemos en el plano de Ventura Seco de 1738 estaba la puerta o portillo del Prado, que hoy da nombre a una calle cercana. En el plano se ve mucha huerta, mucho campo, la Iglesia de San Pedro Apóstol, el Convento de la Madre de Dios, y unas pocas casas más.

La calle comienza, ahora casi, con el lateral de la Iglesia de San Pedro Apóstol. Aunque no se conoce la fecha exacta de su fundación, es de suponer que como ermita, si se han encontrado documentos  en los que se habla de ella y muestran su antigüedad en 1278. La iglesia anterior a la actual, de fachada muy sencilla, se realizó en el siglo XVI y XVII.

Según dice Casimiro G García-Valladolid hacia el año 1900: "su aspecto exterior, pobre y con una torre mezquina y vieja no corresponde a su categoría de iglesia parroquial".

En 1950 se rehizo el segundo cuerpo y se sustituyó la torre por dos espadañas.

En la otra acera está el Colegio Macías Picavea, construido en 1929 según planos del arquitecto municipal Juan Agapito Revilla.

En este mismo solar estuvo el Tribunal y las cárceles del Santo Oficio de la Inquisición, que se estableció ahí en 1559. Posteriormente el edificio sirvió de cuartel para soldados  franceses, y mientras estos lo utilizaban quedó totalmente destruido el 7 de diciembre de 1809 por un incendio, al parecer intencionado, sin que se llegara a saber el origen o autor.

En este lugar estuvo el Convento de la Madre de Dios, por el que la calle lleva este nombre. El convento de las madres dominicas fue fundado en 1550 y se levantó detrás de la Iglesia de San Pedro.

Según Hilarión Sancho, dado el mal estado, las religiosas se trasladaron al convento de Porta  Coeli en octubre de 1806. Al parecer, el convento fue utilizado por los franceses, siendo finalmente derribado entre noviembre y diciembre de 1812.

Como vemos en el plano de Ventura Seco, quitando el solar del colegio y el del convento, el resto de la calle eran todo huertas y campo. Lo que hoy está frente al Centro Cívico era una hondonada conocida popularmente como "la huerta de los pobres". Y así siguió hasta el siglo XX que empezaron a llegar las primeras construcciones de viviendas.

En 1928 el Ayuntamiento cedió al Estado para la nueva Prisión Provincial, unos terrenos en el entonces Camino del Cementerio, hoy calle Madre de Dios, y del Prado de la Magdalena.

Hoy nos puede parecer raro el lugar escogido para la construcción, tan cerca del centro, pero si tenemos en cuenta que en aquel momento era prácticamente las afueras de la ciudad y que no había viviendas como he dicho, ya no nos parecerá tan raro. Las obras, según proyecto de José Luis Aranguren, comenzaron en 1932 y finalizaron en 1935. Fue prisión hasta 1985.

El edificio de la prisión donde estaba la entrada principal y oficinas, tras su rehabilitación y acondicionamiento se convirtió en el actual Centro Cívico Esgueva en 1990.

A continuación del colegio Macías Picavea estuvo la fábrica de gaseosas La Pitusa en los años 50, y en los terrenos que fueron del convento se "aparcaban" los carros de la basura.

Las primeras viviendas "modernas" que llegaron a la calle, fue el denominado grupo José Solís Ruiz, promovido en 1954 por el Instituto Nacional de la Vivienda y la Organización Sindical Española, con cerca de 700 viviendas, en el que se encuentra la Plaza del Dr. Marañón.

En 1970 abrió sus puertas en el nº 9 la residencia universitaria Labouré y poco a poco se fueron construyendo todos los edificios de viviendas que hoy forman la calle.

Al final de la calle estuvo la puerta o portillo del Prado. Juan Agapito y Revilla en su libro "Las Calles de Valladolid" la  describe así:

" por haber en la cerca de la ciudad, no cerca de muralla, sino mas bien para limitar la zona urbanizada o línea fiscal, un "portillo", puerta pequeña de que abundó dicha cerca en el siglo XIX".

Al parecer, tras el derribo en 1849 de la Iglesia de la Merced, su portada se colocó en este lugar como Portillo del Prado, sustituyendo al anterior mucho más sencillo, hasta su derribo definitivo hacia 1873.

Por último mencionar el Bar Oviedo, hoy cafetería, con más de 50 años de historia y sin duda lugar de encuentro durante muchos años para los vecinos de la calle y alrededores.

Fuentes Consultadas:

"Las Calles de Valladolid" de Juan Agapito Revilla, edición facsímil editada por Grupo Pinciano

El Norte de Castilla artículo de Jesús Anta en Callejeando por Valladolid del, 10 de enero 2025

"Valladolid Recuerdos y Grandezas" de Casimiro G. García-Valladolid.

05-12-2025